sábado, 31 de julio de 2010

Enseñanza de primer nivel: ¡Aquí no sólo los análogos truenan!

Los docentes de las tribus-taller de la facultad de arquitectura si algo les caracteriza es su preocupación por el mejoramiento de la enseñanza. A esos impulsos obedece que en los planes de estudio se propongan novedosas maneras de afrontar el proyecto arquitectónico, como los “ejemplos análogos”. Esta práctica académica consolidada desde tiempos de Don Porfirio consiste, en una de sus veintisiete versiones, en: Si en el taller de proyectos se está haciendo un “Museo”, entonces hay que ir a ver Museos¡.

Recientemente una tribu-taller preocupada por los contenidos en la enseñanza de la arquitectura ha implementado que antes de empezar a proyectar no sólo tengan que realizar análisis de “edificios análogos” sino que además tienen que llevar acabo la investigación de “edificios similares”. Según me explican son lo mismo que los análogos, pero más baratos. Dentro poco habrá que esperar, según lo marca la tendencia del mercado farmacéutico, que además de los “edificios análogos” y de los “edificios similares”, se pidan análisis de “edificios genéricos e intercambiables”.


A. di Valdeterra

sábado, 17 de julio de 2010

Reuniones tribales: ¡Los exterminan ustedes o los extermino yo!.

Asistir a las juntas de la tribu-taller elegida para dirigir los destinos artístico-arquitectónicos de la sociedad resulta ser muy entretenido. Ahí se ventilan todos los aspectos académicos que corresponden a los profesores de dicha congregación. El ambiente se empieza a poner interesante cuando un profesor joven, al parecer recién egresado y coordinador de nivel, declara que está contrariado porque un conjunto de alumnos, pidió revisión de calificaciones ante las autoridades de la Facultad de Arquitectura y el veredicto fue que los aprobaron. Manifiesta que no entiende como es posible que la tribu-taller permita ese tipo de casos y que hay que hacer algo. Reflexionó que en su época (hace tres años) los alumnos si se preocupaban por aprender (se incluyó entre ellos) y que no buscaban una calificación. Acto seguido pasó a las propuestas, dijo que a los alumnos que sólo van por la calificación hay que “eliminarlos”. Reveló que no es que sea intransigente, pero que eso era lo que pensaba. Una cosa nos quedó clara a los presentes, el profesor es intransigente. La matriarca de la tribu, que se encontraba a su lado, dijo que los alumnos están en todo su derecho de ir por la calificación. El profesor no supo que decir.

A. di Valdeterra

jueves, 1 de julio de 2010

Gustos arquitectónicos: Los deportes de los arquitectos.

La valoración de obras arquitectónicas como feas resulta ser un deporte entre los arquitectos. Para jugar se necesitan formar dos equipos de tres, cuatro, cinco o más arquitectos que den proyectos. Se ubica la zona en donde se encuentre un edificio cuyo arquitecto de preferencia sea desconocido. Por ejemplo, puede ser la iglesia que se encuentre en la zona de estudio en donde se piensa realizar el ejercicio de proyectos del próximo semestre. Se anota el primer punto quien logra emitir el juicio de “está re-fea”, “es estilo neocolonial” o “no es moderna”. Con ello se logra madrugar al equipo contrario que tendrá derecho a preguntar porque que esa obra “está re-fea”. Si la respuesta es: “porque está re-fea”, entonces, este equipo suma puntos. El equipo que preguntó espera su turno y puede contraatacar dando diferentes argumentos como que la opinión del profesor que dice que esa obra “está re-fea” resulta irrelevante porque para el arquitecto que la proyectó y para los clientes que contrataron al arquitecto muy probablemente les parece hermosa; que hasta donde alcanza el entendimiento no hay casos registrados de arquitectos que propongan proyectos que busquen ser feos de principio, etc., entonces empieza a sumar puntos. Si la respuesta del otro equipo es que los arquitectos no se proponen hacer edificios feos sino que les salen feos, se anota cinco puntos. Si el otro equipo revira y establece que “los edificios no resultan feos en si”, sino que “los edificios nos parecen feos”, sigue sumando… Así el juego continúa hasta que uno de los dos equipos acumule más puntos. En caso de empate o que ninguno ceda en sus argumentos, entonces, se pasa a una consulta. Se convoca a los lectores, de algún blog serio y exclusivo como este (hasta el momento con cinco asiduos y entusiastas bloguistas) a que expongan que les parece la iglesia representada en la imagen de abajo. Se les pregunta: ¿Es fea la iglesia? En caso de ser una respuesta afirmativa se les pide que digan: ¿Por qué es fea?.


Lo anterior no permite desempatar el juego, sirve de indicador para saber quien tira la primera piedra y esconde la mano.


A. di Valdeterra