domingo, 1 de marzo de 2009

De la sustancia esencial del proyecto o arquitecto, aunque turbio, habla claro

Las practicas de la enseñanza que ejercen los arquitectos en el denominado TALLER DE PROYECTOS (lugar donde por excelencia se encuentran los que son prácticos) resultan ser dignas de alguna investigación psicosocioantropológica o cuando menos de alguna oscultación espiritista.

La observación anterior se debe a que recientemente platiqué con una alumna que está cursando clase de proyectos en un taller cuya prosapia es incuestionable. Me contaba que el ejercicio que tienen que desarrollar es el proyecto de un hotel y para empezar, el profesor de proyectos, les dejó como tarea investigar que es el CONCEPTO. Durante la sesión, donde los alumnos tenían que exponer y explicar que era eso, el arquitecto en cuestión y viendo que todos estaban algo perdidos se dispuso a dar su opinión. Me cuentan que el profesor, que al parecer pertenece a ese sector frutal del tipo plantas rastreras de la familia de las rosáceas y del género fragaria, comentó que el CONCEPTO: 'es la sustancia esencial que el artista-arquitecto da, por medio de la cual le otorga valor a la obra'. En ese sentido el concepto es algo así como la esencia del ser del objeto, lo que contiene la totalidad del objeto y que se comunica de manera sintética, gracias al ARTISTO. Como lo anterior resulta ser muy abstracto y por lo tanto poco creíble, ya de por si, el arquitecto-profesor de proyectos se dispuso a poner varios ejemplos rotundos: Como la Basílica de San Pedro en Roma, que sus puertas simbolizan la entrada al cielo. Ahí esta el concepto¡. Como el ayate de la Virgen de Guadalupe, que su imagen es símbolo del fervor religioso. Claro, ahí esta el concepto¡. Como el edificio del Centro Nacional de las Artes, que su forma parece la de un elote. No faltaba más, ahí también esta el concepto¡.

Esta pléyade de ejemplos se remataba con la pintura de Leonardo Da Vinci, la Mona Lisa, la cual le sirvió para elaborar una pregunta a sus atentos y emocionados escuchas: ¿Por qué todos los que asisten al Museo de Louvre van a ver especialmente esa pintura? Lo hacen – dijo – porque en esa pintura se encuentra presente, se comunica, la sustancia esencial. En otras palabras el concepto se expresa contundentemente. Por eso la pintura seguirá siendo visitada ad infinitum.

Lo que sorprende no es el nulo reconocimiento de los procesos de significación social que hace que un determinado objeto represente un conjunto de valores a lo largo del tiempo o que nuestro itinerario museístico este influido por las campañas mediáticas entorno a lo que debe de verse, sino que este arquitecto-profesor este dando clase de proyectos y no haya descubierto su potencial, como colocador, en tiempo de lluvias, de esa sustancia esencial para las obras que es el impermeabilizante.



A. di Valdeterra


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