Asistir a las juntas de la tribu-taller elegida para dirigir los destinos artístico-arquitectónicos de la sociedad resulta ser muy entretenido. Ahí se ventilan todos los aspectos académicos que corresponden a los profesores de dicha congregación. El ambiente se empieza a poner interesante cuando un profesor joven, al parecer recién egresado y coordinador de nivel, declara que está contrariado porque un conjunto de alumnos, pidió revisión de calificaciones ante las autoridades de la Facultad de Arquitectura y el veredicto fue que los aprobaron. Manifiesta que no entiende como es posible que la tribu-taller permita ese tipo de casos y que hay que hacer algo. Reflexionó que en su época (hace tres años) los alumnos si se preocupaban por aprender (se incluyó entre ellos) y que no buscaban una calificación. Acto seguido pasó a las propuestas, dijo que a los alumnos que sólo van por la calificación hay que “eliminarlos”. Reveló que no es que sea intransigente, pero que eso era lo que pensaba. Una cosa nos quedó clara a los presentes, el profesor es intransigente. La matriarca de la tribu, que se encontraba a su lado, dijo que los alumnos están en todo su derecho de ir por la calificación. El profesor no supo que decir.
A. di Valdeterra
Lo más curioso es que algunos podemos reconocer haber transitado por esa intransigencia, como alumnos y como "profes", y segui´ra ocurriendo, pero ante todo, la matriarca rebanó de tajo cualquier aspiración al voto x voto, casilla x casilla, el alumno también tiene derecho a defender "sus derechos"...¡viva la revolución¡ (sin guillotina)
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